Documento sobre los Cucapá
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Espacio destinado a compartir información relacionada con la Otra Campaña. Esta disponible para todas y todos aquellos que tengan algo que decir, que sientan la necesidad de compartir ideas, propuestas, proyectos y acciones, siempre enmarcadas en el esfuerzo compartido de sumar esfuerzos y voluntades, en el espíritu de La Sexta Declaración de la Selva Lacandona.
“El blues, como un orgasmo”
El Che, hombre cabal, honesto, noble, estima el líder del EZLN
“Mi peor pesadilla, dormido y despierto, es que La Otra acabe siendo lo mismo que estamos combatiendo”
Raymundo Reynoso /III y última
Los Angeles, enero de 2007 (AMATE).- Desde que hace su aparición pública en las primeras horas del 1 de enero de 1994, en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, y hasta la fecha, el subcomandante insurgente Marcos ha sido sujeto de elogios –ora certeros, ora desproporcionados- y de los más descabellados ataques.
Las alabanzas que en los últimos trece años ha recibido el vocero del EZLN han ido a la par de las furibundas críticas que le han recetado, y las reacciones que provoca –de los suspiros a las mentadas y todo lo que se nos ocurra entre uno y otro extremo- han quedado fielmente registradas en trabajos periodísticos, en textos literarios, en canciones de variado ritmo, en videos documentales y hasta en el imaginario colectivo.
En torno a Marcos –figura histórica o mito genial, dependiendo de la fuente que se consulte- se han tejido multitud de historias, cuentos y rumores, y si para unas y unos el Sup sigue teniendo gancho, para otras y otros está más bien a la baja. Al respecto, y nomás como curiosidad: estimado lector, estimada lectora, teclee usted en cualquier buscador de Internet los nombres de Fidel Castro, Che Guevara, Hugo Chávez y subcomandante Marcos. Encontrará que por estos días a cada uno de ellos se les menciona, en ese mismo orden, 3, 240,000;
3,130,000, 2,660,000, y 1,080,000 de veces. Nada mal para el delegado zero de La Otra Campaña.
Pero, ese ejercicio cibernético sólo arroja un dato numérico. Independientemente de las cifras, manipulables, relativas, vale citar al escritor Carlos Monsiváis, el “chile de todos los moles”:
“Se le juzgue como se le juzgue, (Marcos) es uno de los grandes interlocutores de la sociedad mexicana. Es un punto de vista. Es una voluntad de persistencia en busca de la paz digna y allí, en esta cualidad, radica su poder de diálogo”.
Por otra parte, y a decir verdad, el dirigente zapatista no sólo no rehuye la controversia: iconoclasta, dicharachero, alburero, más bien la fomenta. Y pareciera que la disfruta.
Por lo regular –comentó al que esto escribe- como yo soy maloras, formo líos. Me hago “contreras”. Por ejemplo, cuando veo que alguien se pone feminista pues yo me pongo machista,
y si se pone machista entonces digo, no las mujeres y no se que, pero eso es nada más para ser “contreras”.
Y por hacerle al “contreras” es que a Marcos le tiran duro y tupido las feministas y los izquierdistas ortodoxos (casi casi usábamos “fundamentalistas”, pero mejor no, la palabrita está muy de moda), intelectuales desencantados y periodistas que, aunque pretenden ignorarlo, se agarran del delegado zero para cumplir con la nota o la columna a gusto del patrón.
En suma, le recomendamos a quien esto lea que pesque por allí algún diccionario y sin quebrarse la cabeza seleccione cualquier adjetivo; ese, y sus respectivos sinónimos y antónimos, le apostamos doble contra sencillo, se le han aplicado ya al vocero del EZLN. Ahora, más allá de las críticas feroces y las alabanzas facilonas, para un buen -ya no digamos de mexicanos, sino también para la gente de 47 países del mundo que entre los últimos días del año pasado y los primeros de éste se reunieron en Oventik para celebrar el encuentro de los pueblos zapatistas y los pueblos del mundo- Marcos sigue siendo un referente político, social y cultural.
Deja que los perros ladren Sancho amigo, es señal que vamos pasando
(El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha)
El subcomandante Marcos, después de que a fines de noviembre concluyó la primera etapa de La Otra Campaña, concedió una extensa entrevista a AMATE. En las dos primeras entregas de esta serie, difundidas la última semana de diciembre pasado, reseñamos las ideas, opiniones y proyecciones de Marcos en relación a La Otra, al estamento político mexicano en franco y acelerado proceso de descomposición, y a la ecléctica familia que forman los paisanos mexicanos y los chicanos que viven en el Otro México, ese que queda nomás al norte del río Bravo (o, según, en el gabacho se le conoce como río Grande).
En esta tercera y última parte, Marcos, sin dejar de abordar el tema concurrente a lo largo de la conversación –el de la raza mexicana- reveló diversas facetas de su personalidad, platicó también de su añoranza por el cine, de sus gustos musicales, de sus sueños y de sus pesadillas.
Asimismo, destacó su respeto y admiración por el comandante de la Revolución cubana Ernesto Che Guevara, y nos contó de su paso por varias ciudades californianas, incluidas San Francisco y Los Angeles, donde, dijo, experimentó de cerca el racismo y la discriminación.
Corre entrevista.
-Empezamos con algo que ya te han preguntado muchas veces antes. ¿Quién es Marcos, cómo se forma, qué lo forma? Pero en este caso, nos referimos al Marcos que estamos viendo ahorita, en este momento.
-Bueno, ahora ya cambia la respuesta a la que daba en el 94 y después. En Marcos estaban dos grandes vertientes, una, la de la izquierda ortodoxa, y luego la que resulta del proceso de digestión y modificación que dan las comunidades indígenas. Ahora se agrega el tercer elemento
que es el contacto con ustedes, con la gente de fuera, que ya no ve ni al izquierdista ortodoxo, ni al vocero del movimiento indígena, sino con el que ahora empiezan a construir una relación, una en la que ya no se está hablando con un personaje sino con el vocero de una organización. Se trata ahora de empezar a deconstruir la imagen mediática, el símbolo, el mito, el icono, y empezar a construir una relación de compañeros, porque estamos hablando de organización a organización, o de grupo a grupo, o estás hablando con una organización, no con un personaje que me está viendo a ver si no digo una tontería y todo esto. Entonces, el Marcos que está ahora en la sexta y en La Otra Campaña, digamos que hizo el proceso de digestión en todos estos años del contacto con ustedes, con la gente de fuera, con la sociedad civil, como decimos, y estamos tratando de aprovechar eso para invitarlos a ver la otra parte, invitarlos a decir, ya pasó lo que pasó, bueno o malo, ni modo, ahora ya no estás hablando con un líder, en el sentido tradicional, sino con la puerta de un movimiento.
Entonces, tenemos que vernos como compañeros. Y ojalá que pudiéramos sentarnos así como estamos ahorita, y platicar sin que te pidan el autógrafo o que te digan fírmame este libro, o déjame sacarme una foto contigo, o que lo que dijiste es la neta y ya no se puede cambiar, y no se toma como una opinión más. O sea, ese es nuestro esfuerzo, se trata de construir una relación más sana y nosotros pensamos que en la gira pasó esto. Como bajó el impacto mediático -y donde ya nos conocían pues pasó la novedad y ya- era así como más tranquilo. En el norte, como nunca habíamos ido, todavía está, pero creemos que una vez se de la presencia más cotidiana, también va a poder ser así. Con esa nueva relación vamos a poder decir “sí” y “no” o “estoy en desacuerdo”, sin que esto signifique que "estoy desafiando nada".
Por ejemplo, pudiéramos intercambiar ustedes y nosotros visiones sobre lo que es el movimiento chicano, o el mexicano en el otro lado, sobre sus vertientes culturales, y todo esto sin que signifique que ya se chingó Roma, porque ya se condenó a tal movimiento, y no se tomó como una opinión que incluso se puede modificar, como pudiéramos modificarnos uno de otro. Si pudiéramos hablar y platicar y decir bueno, así como yo conseguiría que alguien modificara su percepción respecto al zapatismo, que él consiguiera que yo modificara mi percepción, por ejemplo, respecto a los Wasp (white Anglo-Saxon Protestant, el norteamericano típico) o sobre los intelectuales, sobre el lugar de la medicina alternativa, de los grupos feministas, de la identidad de género, o de lo que fuera. Que yo tuviera así manifestaciones espontáneas sin que eso significara, chin, ya dije, y se chingó la cosa. Que pudiéramos platicar, pues.
Es decir, ese Marcos que hablara entonces serían ya tres. Las tres vertientes: el que llega a las montañas hace 22 años, el que nace hace 22 años ya con la mezcla indígena y el que en estos 12 años se deconstruye en la relación como vocero del EZLN.
-¿Y qué extrañas de tu vida previa a estas tres etapas a las que te refieres?
-El cine.
-Pero el cine lo puedes conseguir ahora gracias a los avances de la tecnología.
-No, no. El cine es una cultura, el DVD es otra cultura. Es igual que con el horno de microondas, que dicen que con ese la comida calentada sabe igual, pero no. El cine ahora es algo individual, tú te metes en tu casa y ya. Antes el cine era una participación social, tenías que salir a la calle, comprar tu boleto, conocías al boletero y no sé qué, entrabas y estaba el acomodador. Y los gritos de la raza en ciertas escenas, los suspiros cuando el beso, las risas cuando pasa la escena de sexo. Todo eso ya no ocurre. Esa es la parte que extraño, no las películas, el cine.
Si la gente quiere ver sólo las cosas que pueden entender,
no tendrían que ir al teatro: tendrían que ir al baño
(Bertolt Brecht)
-Marcos, constantemente generas y articulas un resto de ideas, proyectas, escribes. Eso no sale de la nada, tú tienes acumulado un buen de lecturas, pasadas, presentes, ¿qué lees ahora?
-Bueno, leo los clásicos sobre todo, el último que estaba leyendo es Bertolt Brecht, porque nos molestó mucho la posición que últimamente tuvieron los intelectuales y artistas en México y Brecht ahora sí que no deja títere con cabeza. Entonces, he estado leyendo a Brecht, leo la prensa nacional e internacional. Cuando estoy aquí por ejemplo que hay Internet, me meto a todo y veo todo. Pero de literatura, sobre todo, el teatro, la obra de Brecht, novela, y los clásicos como Cervantes. El mejor libro de teoría política es El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Yo me acuerdo que cuando llegó el italiano Fausto Bertinotti, del Partido Refundación Comunista, le dije, le voy a regalar un manual de Ciencia Política y le di el Quijote, y él como que no entendía de qué se trataba. Léalo, le dije, léalo, y va a ver que todo lo que está pasando ahorita, todas las partes que se están jugando están allí, en el Quijote.
-En tu paso por Veracruz, dijiste que las dos hojas de la ventana por la que tú entraste a la música fueron el huapango y el son, y que de allí se te abrió una puerta, el rock. Elabora en torno a ese tema.
-Dios cuando creó el mundo, creó el blues primero. Y luego ya el blues empezó a tener sus humores como luego dicen, y nació el jazz y luego el rock. Pero en el principio, así como dice el génesis, que en el principio fue la luz, en música, en el principio fue el blues, lo demás de allí viene. El blues es algo así como que te agarran el corazón y te lo hacen así. Pero no llegué allí primero, yo crecí con los sones y huapangos y luego entro al rock. Después, has de cuenta que al conocerte a tí te preguntara por tus ancestros y me encontrara al blues. O como si me preguntaras de comida, pues claro que me gusta, ¿pero cuál es el plato favorito? Pues es el blues.
-Que es sentimiento, cachondería…
-El blues es así como un orgasmo, pues…Y es la anécdota, es la historia de lucha. Fíjate que en Torreón fuimos a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Autónoma de Coahuila, y allí unos compas cantaron a capella unas canciones, cardenche se llama el género, y que se estila a tres voces. Eso lo hacen los campesinos cuando acaban de trabajar en el campo, se juntan, se echan sus tragos y empiezan a cantar, a improvisar, a capella además y por supuesto ellos no saben lo que es el blues ni nada, pero has de cuenta. Y las canciones eran así, el título era éste, “amigo, le voy a contar una historia” y empieza a contar una historia así como en el blues, y otra, “la cruda”, que cuenta lo que se siente cuando uno anda con la cruda, pero es a capella, sin ningún instrumento. Los que cantaban eran gente ya grande, de más de 80 años, y según me dijo un compa que estaba allí, ese tipo de canción es una tradición. “También es la tradición que (los que cantan) deben traer medio litro de sotol entre pecho y espalda. Lo que pasa –me explicó el compa- es que ahorita no pueden porque estas tú, entonces piensan que los vas a regañar si toman trago”. ¿Pero ves? Allí es donde nace esa música, y luego ya vienen todos los géneros. Si le buscas, el son, el huapango, así como el cardenche, tienen los mismos orígenes que el blues, surgen de abajo, ya hasta después se comercializan pero empiezan de abajo, pues. Y si algo hay que salvar en el mundo, es al blues.
-Es el que te llega directo.
-No si eso sí, la neta.
-Órale. Y siguiendo con el tema, ¿cómo te impacta esa vastísima creación musical que se ha hecho en torno al movimiento zapatista, en general, pero también centrado en la figura de Marcos, ya representado como parte de la lírica popular mexicana?
-Esa parte todavía no la entendemos. El puente con mujeres y con jóvenes y con chicanos sí, o sea, con los que son perseguidos por sus diferencias, pero no entendemos todavía en qué momento se creó un puente entre la palabra zapatista y el rock, y los rockeros. Sí lo notamos y decimos, ¡uta, que chingón que toquen y que difundan la lucha! pero no se todavía, yo creo porque no he hablado con un rockero para saber qué fue lo que le tocó, donde encontró el espejo, eso no lo entendemos. Tardamos en encontrar cuál era el espejo con mujeres, con jóvenes, pero los encontramos escuchándolos y hablando con ellos, pero como no hemos hablado con rockeros, no hemos encontrado cuál es el espejo, no todavía.
-Lo tendrán que encontrar en algún momento.
-Pues sí, quisiéramos hablar con ellos pero siempre los encontramos en el templete, ellos están bajando los instrumentos y nosotros estamos subiendo a tirar rollo y por eso digo, soy talonero porque siempre me toca después de ellos pero nunca ha habido chance de platicar así en corto. Esa vez que estuve en Veracruz, donde fue el discurso ese (relativo a la música), me entero mucho después que estaba Zack de la Rocha y yo ni supe, le hubiera dado un abrazo, ese compa ha hecho un chingo por nosotros.
-Con los grafiteros, con el grafiti, ¿te identificas?
-Mira, nosotros lo veíamos antes como una manifestación artística. Hay grafitis que valen oro, el manejo de imagen, de color, de proporción. Fíjate, en San Martín Texmelucan, Puebla, pasó un chavo a hablar, ya vez que pasan en las reuniones a hablar, y no pudo decir nada coherente, y decía no pues, es que yo no se hablar, entonces se fue y mientras hablaban los otros él hizo un grafiti que es el mejor comunicado que yo he visto. Si yo hubiera querido hacerlo en palabras, hubiera sido el mejor comunicado de Marcos. Entonces ya decimos, no pues es que ya no es nomás así de que alguien haga algo. Esa es su forma de expresarse. Si tiene una pared y un spray, dice cosas bien chingonas sin poder hablar siquiera, sin articular media palabra.
-El EZLN, la figura tuya, la de la comandante Ramona se notan mucho entre los chavos grafiteros de aquel lado, de Los Angeles. Por varios lugares ves murales donde estas tú, está zapata, está el Che, y otros personajes, entonces creo que los han influenciado ustedes a ellos bastante. Y como dices pues su manera de expresarse es su pinta.
-Sí. Y de vivir, porque además está la cuestión del tiempo. O sea, lo tienen que hacer rápido porque cae la tira. Entonces, está todo el reflejo cultural ese de que están pintando y están viendo para todos lados y les queda bien chingón, bien chingón. Yo en este (un grafiti del sup reproducido en una agenda) me tardé un buen tanto en lo que lo hice.
-Hace años, le diste una entrevista a una colega norteamericana a la que le comentaste que fuiste trabajador de una sex shop en San Francisco, ¿no?
-Sí. Esa entrevista fue en el 94, y fue al San Francisco Chronicle. La reportera me preguntó que si conocía San Francisco y yo le dije “sí, yo trabajé en una sex shop y me corrieron porque el dueño era gay y me quiso ligar”. Pero ella sacó en su nota ‘Marcos es Gay’, y entonces yo contesté con una posdata.
[Aquí, estimamos, vale la pena reproducir en toda su extensión la posdata a la que se refiere Marcos y que, efectivamente, da a conocer como parte de un comunicado el 28 de mayo de 1994. “P.D. MAYORITARIA QUE SE DISFRAZA DE MINORÍA INTOLERADA. A todo esto de que si Marcos es homosexual: Marcos es gay en San Francisco, negro en Sudáfrica, asiático en Europa, chicano en San Isidro, anarquista en España, palestino en Israel, indígena en las calles de San Cristóbal, chavo banda en Neza, rockero en CU, judío en Alemania nazi, ombudsman en la Sedena, feminista en los partidos políticos, comunista en la posguerra fría, preso en Cintalapa, pacifista en Bosnia, mapuche en los Andes, maestro de la CNTE, artista sin galería ni portafolios, ama de casa un sábado por la noche en cualquier colonia de cualquier ciudad de cualquier México, guerrillero en el México de fin del siglo XX, huelguista en la bolsa de New York, reportero de nota de relleno en interiores, machista en el movimiento feminista, mujer sola en el metro a las 10 p.m., jubilado en plantón en el Zócalo, campesino sin tierra, editor marginal, obrero desempleado, médico sin plaza, estudiante inconforme, disidente en el neoliberalismo, escritor sin libros ni lectores, y, es seguro, zapatista en el Sureste mexicano. En fin, Marcos es un ser humano cualquiera en este mundo. Marcos es todas las minorías intoleradas, oprimidas, resistiendo, explotando, diciendo "¡ya basta!" Todas las minorías a la hora de hablar y mayorías a la hora de callar y aguantar. Todos los intolerados buscando una palabra, su palabra, lo que devuelva la mayoría a los eternos fragmentados, nosotros. Todo lo que incomoda al poder y a las buenas conciencias, eso es Marcos.”]
Y en Los Ángeles, Marcos, ¿qué serías?
-En Los Ángeles sería indocumentado, por supuesto. Cuando yo estuve allá, en Los Ángeles estaba el movimiento chicano, pero ya sin esa identidad que tuvo. Ya no estaba Cesar Chávez. Podías tocar el racismo y lo más indignante es que los oficiales del gobierno norteamericano eran latinos, eran de la raza y eran los más cabrones, los más déspotas y todo eso porque no nada más es cosa de que te pidan los papeles, sino el trato, como si fueras delincuente y todo eso. Entonces allí pude tocar y sentir lo que ni en las comunidades indígenas había sentido siendo mestizo. No sólo es que eres un extranjero, eres una amenaza. Estás en un país como amenazándolo, por eso nos da a nosotros mucho coraje cuando se da el trato a los indocumentados como si fueran a ir a hacer daño. Esa era la reacción de la policía, del LAPD, hijos de la fregada, eso sí es así, como si tú les fueras a hacer daño, y que a eso habías cruzado.
-Oye, ¿y si hubieses sido argentino?
-Uta, allí no conozco, Los Ángeles si conozco y San Francisco también, Argentina no lo conozco, pues.
-Cuba, si hubieras sido cubano.
-En Cuba, yo creo que hubiera sido maestro, creo que allí sí puedo aprender mucho.
- Espérame, aunque va a parecer una pregunta obvia, tal vez tonta, ¿tú sueñas Marcos?
-Sí, tengo pesadillas y tengo sueños.
-Y bueno, hablando entonces de Argentina, de Cuba, de un notable argentino-cubano, ¿tú has soñado con el Che?
-Bueno, al Che yo lo conocí desde muy joven, me quedó una imagen muy terrenal de él como el héroe, con los escritos, con su Pasajes de la guerra revolucionaria. A mí me impresionó mucho la honestidad que tiene para decir, “corrí, me pasó esto” No era alguien que se autoelevara, sino que describía los hechos. Fue después de esas narraciones que ya conocí su historia, o sea, entré al revés, por el otro lado. Después de ese Che más mortal, más humano, ya llegó la figura del Che, la historia del que conquista Cuba junto con Fidel, Camilo, Raúl, y luego deja todo y se va a África, y luego se va a Bolivia y luego hace la gesta de la sierra en Bolivia y luego ya el impacto que tiene fuera, ¿no? Pero ese primer Che que yo conocí, es con el que me quedo. Era un hombre así, pues, cabal, honesto, noble, pero un hombre, al fin y al cabo. No era un dios ni era un líder. Y si algo quisiera ser yo, es eso, un hombre honesto y cabal, con defectos y todo eso, pero sin ser diosificado o visto como un ídolo o como un personaje. Y no se qué es peor, si ser un ídolo o un personaje.
-Entendido. Es decir, lo tienes en la memoria, está vivo en tí, pero ¿lo has soñado alguna vez, te has soñado con él?
-No. Pero ahora que me acuerdo, la única vez que me preguntaron de él, aparte de ésta, fue alguien de Prensa Latina en el encuentro continental que hicimos en La Realidad. El periodista me preguntó, ¿qué harías si tuvieras al Che enfrente? Yo lo dije, le diría que se pusiera aquí y yo me iba con ustedes a hacer preguntas.
-¿Tu sueño más placentero, más recurrente?
-Que pueda hablar con alguien sin pasamontañas y poder decirle quien soy, o sea que soy Marcos, y que no haya problema. No haya problema de que me vaya a atacar o a meter a la cárcel, sino que diga “ah, sí, que buena onda” y que no haya problema. Que no haya una reacción frente a un personaje.
-¿Tu pesadilla más recurrente?
-La más recurrente es que nos gana, dentro de La Otra, el afán de hegemonía. Que La Otra se depura. O sea, que terminemos así, haciendo lo mismo que han hecho otros ¡y chin! que después de tanto esfuerzo y tanta riqueza terminemos haciendo lo mismo que criticamos, que nos convirtamos en nuestros enemigos.
Ese es el temor. Esa, esa sí es la pesadilla, y la tengo dormido y despierto.
RR/PR
(Versión para imprimir, formato PDF )
"Ni hegemonizar ni homogenizar, reto de La Otra"
"México no acaba en Tijuana"
Los medios alternativos, columna vertebral del movimiento, estima Marcos
Raymundo Reynoso /II
Los Angeles, diciembre de 2006 (AMATE).- El 16 de septiembre del año pasado, en el Caracol zapatista de La Garrucha -Resistencia hacia un nuevo amanecer- se realizaba la primera sesión plenaria de La Otra Campaña. Acudió al acto buena parte de la plana mayor de la Comandancia General: Ramona, Susana y Esther, David, Tacho y Zebedeo. También Moy, quien hasta antes de ese día era conocido por su rango de mayor, y que al reaparecer en la escena después de varios años de bajo perfil era presentado por Marcos como el Teniente Coronel Moisés. Ante más de mil adherentes a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, y un número equis de observadores, simpatizantes, indecisos y orejas, tocó a Moisés anunciar que de acuerdo a los planes delineados en la Sexta, el EZLN enviaría al Sup, ahora como delegado Zero, a recorrer los 31 estados y el Distrito Federal de México, "para escuchar a la gente sencilla y humilde que lucha".
En esa oportunidad, el teniente coronel Moisés explicó así la movida:
"[…] es nuestro deber cumplir de explorar al terreno por donde vamos a llevar a nuestros compañeros y compañeras de nuestros pueblos, así somos nosotros los militares, siempre hay quien va de vanguardia. Vanguardia le decimos a quien va adelante y ve qué hay adelante del terreno que no conocemos todavía y su tarea el que va de vanguardia es detectar qué hay; si es terreno pantanoso, pedregoso, espinal y otras situaciones que observe la vanguardia y eso nos informa para saber qué hacer y cómo hacer. Nosotros sabemos que ustedes entienden la vanguardia por el que va a dirigir, o los que saben cómo se debe luchar o el que manda y que son los únicos y que tienen razón y los que saben más y mejores y que por lo tanto son los principales… nosotros no lo entendemos así, la vanguardia para nosotros es así como ya les dije, es quien va a conocer el terreno, para nosotros terreno no conocido y que es necesario ir en ese terreno para avanzar la lucha, ese trabajo nos toca a los militares, la exploración del terreno…El trabajo para la vanguardia de exploración del terreno sobre La Otra Campaña le ha tocado al compañero Subcomandante Insurgente Marcos. Será el primero en salir y atrás de él vamos también nosotros, turnándonos para hacer el trabajo…"
Marcos, anunció Moisés, saldría desarmado. Óiganlo bien –dijo- nuestra iniciativa es política y democrática, no de balas; el compañero Subcomandante Insurgente Marcos va a salir sin armas, nuestra lucha es de palabras y de ideas".
El EZLN, su comisión sexta, su delegado Zero, mantendrían inalterable esa premisa. Como contrapartida, y a lo largo de 2006, el gobierno mexicano desató una campaña de hostigamiento, agresiones, violaciones y represión en diversos puntos del país: San Salvador Atenco, Estado de México, Michoacán y Oaxaca, por mencionar sólo tres casos que ocuparon horario estelar en radio, televisión y las primeras planas de la prensa dominados por el establishment político y económico, tanto el nacional como el internacional.
En este entorno, lo que en principio sería un recorrido de seis meses – de enero a junio- se convirtió para Marcos en un tour de force que se extendió hasta fines de noviembre. El delegado Zero, en la primera parte de la entrevista que concedió a AMATE, explicó algunos pormenores en torno a los sucesos mencionados arriba, y las acciones que se delinearon durante su inesperada estancia en la Ciudad de México.
Ahora, en esta entrega, Marcos comparte sus reflexiones en relación a su recorrido por el norte de la Nación Mexicana, detalla su percepción sobre las diversas fuerzas que inciden en La Otra y retoma un aspecto que entrevistado y entrevistador abordaron a lo largo de la extensa charla: sus encuentros con mexicanos y chicanos que viven, trabajan y luchan al norte del Río Bravo. Es decir, el "otro México".
El reto, ni hegemonizar ni homogeneizar
-A lo largo de tu recorrido, y después de los innumerables encuentros que tuviste con las Otras debes haberte topado con grupos que esgrimen premisas divergentes, tal vez hasta confrontacionales, y esto es hasta cierto punto predecible. ¿Qué dices al respecto?
-Esa es una tendencia que hay en todo movimiento, incluso dentro de La Otra Campaña. Hegemonizar y homogenizar. Es decir, mi idea es la que vale por sobre las demás. Por ejemplo, si nosotros dijéramos que lo más importante son los pueblos indios, entonces o todos se hacen indígenas o pasa lo que en los Balcanes, es decir, la guerra de razas. O, igual, mi idea hegemónica es que deben ser los obreros, aquí sólo hay obreros y campesinos y no importa si eres mujer, si eres anciano, si eres homosexual, lesbiana, o indígena, y tienes que entrar en ese aro. Y entonces tratar de uniformar. Esa lucha, esa tendencia está dentro de La Otra, como también se da en cualquier movimiento, y La Otra Campaña tiene que estar luchando continuamente contra esto. Por eso nosotros decimos que cada quien conquista su espacio dentro de La Otra y lo defiende. Te doy otro ejemplo. Alguien nos platicaba con cierto desencanto, no recuerdo si fue en Ciudad Juárez o en Tijuana, que escuchó que alguien de México, al llegar los del norte del Río Bravo dijo "ya llegaron los gringos", pero en realidad era la chicanada. Agrégale a eso que hablan como hablan, el español chueco o hablan mucho inglés. El comentario iba en el sentido de que este movimiento es de mexicanos, no de los gabachos, pero sin reconocer que no son gabachos, son paisanos. O ponle, incluso la gente güera que llegaba pero que está en otra pista, no en la pista del American Way of Life, sino en la construcción de una alternativa también en la Unión Americana. Ese comentario, "aquí solo estamos los mexicanos y México se acaba en la frontera", es un síntoma de hegemonía y homogenización. Por eso yo decía en Tijuana, dónde empieza México y dónde termina. Porque en la reunión alguien dijo bienvenido a Tijuana, donde termina México, y yo dije momento, porque aquí hay gente de todos lados, que va más allá.
Entonces, nosotros pensamos que lo que hay que promover en La Otra es un debate rico y una exposición de ideas lo más que se pueda. Que hablen los anarquistas, los comunistas y que expongan, que se muestren, que no haya ni izquierdistas ni todas las
tendencias que hay de closet, sino que se muestren, y que cada quien diga éste es mi espacio. Y para que renuncie a ser hegemónico y a tratar de homogenizar La Otra Campaña se necesita al otro, el otro existe, reconocer al otro, para que los heterosexuales renuncien a ver a los homosexuales y a las lesbianas como gente a la que hay que desconfiar. Y estas son palabras de un indocumentado de Chicago, que decía yo soy homosexual y pues su demanda no era para el gobierno norteamericano. "Yo le demando a mis compañeros –nos decía- que me tengan confianza. Es mi preferencia sexual pero eso no quiere decir que los vaya a traicionar o que sea inestable políticamente hablando".
Estos son lugares comunes que usa la izquierda en México, yo creo que mundialmente, pero en México yo lo sé. No hay que confiar en los homosexuales o en las lesbianas porque son raros también políticamente. Y en otra parte, en Nueva York, un indocumentado o un chicano, no me acuerdo bien, decía está este problema, entre nosotros no nos tenemos confianza por que tenemos diferencias sexuales. Entonces, hay que reconocer al otro, hay que reconocerlo como compañero. Y eso va a significar, temporalmente, renunciar a la hegemonía. Porque abriéndose el espacio se va a dar la lucha por la hegemonía entre las diferentes posiciones de izquierda. Entonces va a resaltar, por ejemplo, que lo que debe desaparecer el Estado, o que debe estar una dictadura del proletariado, o que debe ser un gobierno de transición democrática. Todas las propuestas que se presenten van a tratar de decir, esto es lo que tiene que ser. Cuando ese momento llegue, debiera haber dentro de La Otra, dentro de este movimiento que tenemos, la suficiente riqueza cultural y de análisis como para que se decidiera desde abajo qué, qué onda.
-Los mexicanos, digamos, de afuera, participaron con entusiasmo en la consulta zapatista de 1999. Al menos en Los Angeles más de 30 mil paisanos respondieron a las cinco o seis preguntas que se incluyeron en el cuestionario de la consulta que se hizo aquel año. Igual, llegaron en números significativos a la marcha de los 1,111, en el 97. Y si nos vamos más atrás, está ampliamente documentado que desde 1994 los mexicanos que viven en Estados Unidos han hecho sentir su presencia en una diversidad de acciones, proyectos y apoyos en torno al movimiento zapatista. Pero como que todavía se percibe una cierta lejanía -y no nos referimos a la geografía, al final de cuentas tú ya lo experimentaste, de como la raza recorre esas rutas de aquí para allá y de allá para acá constantemente- en cuanto a la identificación y aceptación plena de, utilizo tus palabras, "esa entidad que crece con identidad propia al norte del río Bravo, el Otro México", que por cierto es el título de una canción de los Tigres del Norte. ¿Qué dirías tú? ¿Ha habido una lejanía, o incomprensión? Tú dijiste hace rato la palabra desconfianza. ¿Es real la percepción?
-Mira, nosotros estamos aprendiendo y pensamos que junto con nosotros está aprendiendo La Otra. Conocimos identidades que no conocíamos y estamos aprendiendo a escuchar el esto soy y aquí estoy de esas identidades. Nuestro contacto con comunidades mexicanas y chicanas al otro lado antes de La Otra Campaña era en qué nos ayudaban, si para difundir, si para hacer campaña de acopio, si para conseguir cosas, ¿no?
Pero nunca había sido tan formal o tan seria la presentación. Porque siempre era que tú me dijeras, bueno pues yo puedo contactarte con tal grupo, o puedo hacer una campaña o puedo hacer la denuncia en el Congreso norteamericano, pero no estaba esto de que este soy yo, estoy aquí, esta es mi historia y estas son mis aspiraciones y este es mi sueño. No estaba esta historia contada por cada quien. O sea, yo soy mexicano, o soy chicano o soy indocumentado. Tengo otra realidad, otras aspiraciones y mi sueño es este, y mi sueño no es sólo que tú vivas con dignidad y paz en las montañas del sureste mexicano, es que yo tenga esto y que seamos compañeros.
Y entonces nosotros empezamos a descubrir que así como hay un arcoiris en los pueblos indios, también hay un arcoiris de lo que es el otro México al norte del río Bravo. Por ejemplo, la disputa por el nombre, ¿somos chicanos o somos mexicanos? O de que si se trata de una realidad aparte o si es el mismo tronco que tendió su raíz hasta allá, o si ya se trata de otra vida y otro mundo. Por ejemplo, la situación del indocumentado, si va a estar con los dos pies en los dos lados, en la Unión Americana y de donde salió, porque sigue con esto de las remesas y además va a visitar. Nosotros no podemos hacer como el gobierno, nosotros decíamos sobre esa raza, está cabrón, porque tienen el peso de la economía norteamericana y de la economía mexicana, o sea, los que están trabajando del otro lado sostienen las dos economías. En el caso de México todavía les ayuda un poco el petróleo pero en realidad son las remesas ahorita las que llevan mano. Pero nosotros no podemos reducirlo a un aspecto económico, hay una realidad allí, un dolor, hay una resistencia y hay que reconocerla y nosotros pensamos que esta gira es apenas el inicio para romper con esa distancia.
Nosotros nos sentíamos más cerca de Los Angeles que de algunas colonias de la Ciudad de México, pero al revés no. A lo mejor, para muchos de los mexicanos del otro lado Chiapas estaba igual de lejos que Irak o que Vietnam, y en ese sentido no importaba conseguir dólares para las comunidades indígenas o para los refugiados en el Medio Oriente. Y nosotros pensamos que ahora que empezamos a aprender a decir compañero, compañera, estamos acortando esa distancia, y la estamos acortando abajo. Pero tiene que ver mucho con que haya un contacto directo, personal. Nosotros decimos hay que ir al lugar donde se reúnen, donde trabajan, aprender su modo. Nosotros batallamos menos porque el espanglish se parece mucho al espatzeltal. Pero falta ese conocimiento directo. Si el EZLN puede ser el puente interno, ya no para que el resto del país o del mundo conozca a las comunidades indígenas, sino para que el resto del país o del mundo se conozca asimismo, abajo, por donde está, con un pretexto que sea un pasamontaña, o una lucha indígena, y una montaña que queda lejos y cerca dependiendo de cómo la vea uno, sería fregón.
-Dices que ahora tienes un conocimiento más directo y más cabal de la raza al norte del Bravo, en contraste con lo que ocurrió en años anteriores o en etapas previas, que era fragmentado, unidimensional. Mencionaste ya a mexicanos, a chicanos, a indocumentados. Pero ese componente al que también hiciste alusión, los estadounidenses, los internacionalistas, ¿Cómo los ves insertos en todo esto que has venido describiendo?
-Lo que nosotros vimos allá, es que en muchos de ellos, los que conocimos directamente, están en el trabajo de acompañamiento de la lucha en su país, pero no aparece todavía el de su propia demanda. Es decir, mi historia (la de los estadounidenses) es que apoyo a los chicanos, a los indocumentados. Yo recorro el desierto y dejo agua para los que están cruzando, o yo les doy asesoría legal cuando tienen problemas. Pero todavía sigue faltando su identidad propia -como anglos o no sé cómo les digan allá- y sus demandas, que deben ser también propias. Yo creo que todavía no encuentran el lugar dentro de La Otra. Pienso que están diciéndonos, de una u otra forma, no es mi lugar este, yo soy de otro país, de otra realidad, mi lugar es la sexta internacional, allí sí podemos encontrarnos y contar. Nosotros tenemos la esperanza de que sea esto, porque si faltó.
Puede ser que el ambiente estaba así, se estaba discutiendo el tema del México al norte del río Bravo. Estos compañeros y compañeras pues decían, sí, yo lo acompaño, yo le ayudo, yo enfrento este problema de este lado. Y ya quien soy yo, como veo la Unión Americana, su cultura, su cultura democrática, el racismo que se percibe no sólo con respecto a los que vienen del sur del Río Bravo, sino mero adentro; sus propios problemas, que no sean los reportes periodísticos o lo que sale en los medios de comunicación, o lo que Hollywood dice de si mismo cuando le dan sus arranques de autocrítica, eso falta todavía. Ojalá sea en la sexta internacional donde se dé esto, porque sería muy chingón que pudiéramos construir una relación de compañeros, y que pudiéramos, no sé, mandar maíz a la Universidad de Berkeley, o algo que fuera al revés, que ellos dijeran pues no, (los indígenas) no son gente necesitada, son seres humanos que están luchando, y si nosotros como estudiantes tenemos este movimiento y nos reprimen, pues también ellos nos van a apoyar. Fíjate, esto casi no se conoció, más allá de sus organizaciones, pero nosotros lo intentamos con Mumia Abu- Jamal, y Leonard Peltier, nosotros nos solidarizamos con ellos y exigimos que cancelaran sus órdenes de ejecución, pero acciones como estas todavía no se reflejan en el resto.
-Háblanos sobre el sistema político mexicano, su franco proceso de descomposición, y como repercute en el "Otro México".
-Nosotros pensamos que el proceso electoral provocó una especie de imagen holográfica de México que no corresponde a la realidad. O sea, el proceso electoral y la lectura que de este hicieron los medios, simuló un país dividido -así como la frontera y la migra simulan dos países, en el caso de Estados Unidos y México- y esta polarización jaló la atención de la gente en el mundo, con este cuento de que el norte es azul, y el sur es amarillo, igual que este cuento de que el problema de los indocumentados son únicamente los papeles y no toda la cultura de racismo y las condiciones de trabajo que deben enfrentar. Una indígena indocumentada de Nueva York nos cuenta y dice, este, es que a mí me golpea mi marido no puedo hacer la denuncia, necesito los papeles porque si no me deportan. Ahí esta el problema, la cultura que hace que a esa mujer la golpeen. Todas esas cosas como que no se plantean. Otro: el movimiento que hace poco sacó a las calles (en Estados Unidos) a más de un millón de inmigrantes, en los medios se plantea como un problema de política migratoria, y se reduce a que si hay muro o no hay muro, o si hay papeles o no hay papeles. Pero que hay de toda la cultura que nos estuvieron platicando los trabajadores del otro lado, la cultura de represión, de despojo de la cultura y de la identidad histórica o nacional, de explotación, de represión, y que, como nos contaron los chicanos y mexicanos que ya tienen papeles, luego resulta que ni así la libran. Y qué pasa con los que nacieron allá pero también acá, por sus raíces, por su cultura, su lengua, su color, hasta su físico. Pues son de acá. Todas esas cosas están ocultas. Y en realidad lo que descubrió La Otra Campaña es que no es cierto, el norte no es azul ni amarillo, el norte es como cualquier pare de nuestro país cuando se mira hacia abajo.
Pero esta misma atención que provocaron los medios ahora dice, hay que mirar arriba, a ver que va a hacer Calderón, y todo eso, y no hay que mirar abajo. Nosotros decimos que La Otra Campaña tiene que prepararse para un vacío peor que el que recibió durante el proceso electoral y arriesgarse, a través de la otra red que se está construyendo todavía, a apostar todo, a darse a conocer y a comunicarse a través de los medios alternativos. Por eso si nosotros en Palenque dijimos que la columna vertebral de esta etapa iban a ser los medios alternativos, porque van a ser la forma en que nos vamos a poner en contacto unos con otros, pues ahora esto va a seguir todavía.
Y en el caso de los compas y las compas que están al otro lado del río Bravo, va a ser fundamental. En este sentido, esta chamba de ahorita nos va ayudar mucho, pero todavía es sólo de un lado. Nosotros necesitamos saber que hay del otro lado. A lo mejor podemos cruzar como wetbacks, o podemos seguir viéndonos en la raya. Pero si ustedes también hicieran el esfuerzo de contarnos su historia, y dijeran, como no puedes venir porque esta la border patrol y la Condoleezza (Rice, Secretaria de Estado) hay están estos materiales, este video, estos libros, esta historia, donde has de cuenta que te vas a meter a mi casa, a mi centro de trabajo, al file donde está trabajando toda la raza y allí nos vas a ver.
¡Queremos que quieran que los conozcamos, pues! Yo digo, pues si hay en las tiendas de solidaridad de la Unión Americana videos de las comunidades zapatistas, que chingón sería que en las comunidades zapatistas hubiera videos de las comunidades del Otro Lado.
Entonces, así vemos las cosas a grandes rasgos. Arriba van a seguirse viendo en su propio espejo. Por nuestra parte, el papel de los medios alternativos, de la gente que trabaja allí sigue siendo fundamental. Fíjate, en un lugar, no me acuerdo dónde fue, me estaba yo peleando con los organizadores porque los medios no habían llegado y ellos decían ya hay que empezar. Pero, decía yo, no, ellos son más importantes que yo. La Otra Campaña ahorita no depende de Marcos , depende de ellos, de los medios alternativos. Suponte, aunque yo los oiga, lo que va a hacer que su palabra llegue lejos son ellos, por eso hay que preocuparse que estén ellos. Yo a lo mejor no estoy, pero nomás pones una foto o una imagen de esa de cartón para que se puedan tomar la foto y ya. Pero lo que van a hacer ellos no lo va a hacer nadie. Y nosotros pensamos que esa etapa se alarga y se empieza a cruzar ahora con esto de la consulta, con las definiciones básicas, y luego, cuando se creen los grandes nodos, cuando se vaya plantando la Comisión Sexta en la siguiente etapa, cuando salgan los demás comandantes y nos vamos repartiendo para estar más tiempo, no permanente, pero si con periodos más largos de tiempo en cada zona -en lugar de pasar uno o dos días en cada lugar- ora sí, en la siguiente etapa tardaremos seis meses, en el noroeste, por ejemplo, y allí veríamos los estado del noroeste, y mientras otra comisión está en los estados del norte, y otra en el noreste, y otra en el centro y así nos repartimos, y la posibilidad de comunicarse entre un nodo y otro siguen siendo los medios alternativos.
Ahora, en el caso del otro México, esto que pasó en Tijuana, en Ciudad Juárez, y en Nuevo Laredo, de brincar la frontera aprovechando la tecnología, nosotros pensamos que hay que seguirlo haciendo. Hay que buscarle. Que toda esa creatividad, ingenio e imaginación que nos hizo a nosotros agradecer a los que están del otro lado en toda la primera parte de nuestra vida pública, o sea del alzamiento hasta antes de la Sexta, pudiera ser también construir allí, no se me ocurre como, pero pienso que ese es el trabajo de ustedes, ora si que ahí está la chamba.
RR/PR